Muchos de nosotros tenemos cuentas en redes sociales incluso cambiamos muy a menudo nuestra foto y perfil según nuestro estado de ánimo.
Nos hemos acostumbrado a poner detrás de una pantalla y ante los ojos de la gente como nos sentimos cada hora ó cada segundo. Nuestra intimidad, nuestros odios ó miedos. Esa frialdad de un teclado, un móvil ó una tablet no nos importa, ahi estamos abriendo nuestro corazón.
El día que una pantalla me de un beso de amor, un abrazo de hijo ó un consejo de madre...pensaré que estamos haciendo bien. Por ahora mirare detrás de las nubes a esperar que salga el sol y me de un poco de calor real.
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