Ya todo pasó, el bullicio dio lugar al silencio. El final de las fiestas de Puebla nos anuncia que el verano ya terminó y vamos camino del otoño y de su colorida naturaleza.
Hemos disfrutado de unas frías pero bonitas fiestas. Siempre Puebla se convierte en una gran familia, ya podemos estar lejos unos de otros ó tener diferencias durante el resto del año que allí están todos unidos sacando esas fiestas por buen camino.
Y como ejemplo, nuestra caldereta. La unión perfecta de un pueblo vivo comiendo en las calles.